Hálito de vida

Te pienso como hálito: un aroma, el de tu piel; tu olor, mi cuna. Me recojo en el ritmo de tu respiración pausada, en la suavidad del aire que escapa de tu risa, y cierro los ojos temiendo perderme el aliento refrescante y etéreo que es tu vida.


Bizitzeko arnasa

Hats bezala pentsatzen zaitut: lurruna, zure larruazala; zure usaina, sehaska. Zure arnasketa geldoaren erritmoan neure baitan biltzen naiz, zure algaratik ihes egiten duen airearen leuntasunean, eta begiak itxi ditut zure bizitza den arnas etereoa galtzeko beldurrez.

Bicho sobre calendario

Había un bicho caminando por mis días. Recorrió el pasado, pasó por un seis de julio. Salió a la nada, al éter, a lo inocuo; giró la página por el canto y voló a mi futuro. Un bicho muy pequeño, blanco, de alas de papel. Un bichito con el potencial de volar.

A(mi)stad

Me contó aquella historia y quise creerla. Luego nos dejamos: a mí no me interesaba el final y ella estaba empeñada en construir uno que fuera nuestro, pero que era inexistente.

Baile de pasillo

Me toma la mano y, alzándola en el aire, me empuja hacia sí con suave ímpetu. Queriendo disimular su impulso en el atrezo de una broma. Mis pies toman base en el espacio que hay entre los suyos, y despegan en el momento en el que empieza a moverse, una vez ya ha hecho lo oportuno para que subiera mi otra mano a acariciar la piel que hay bajo su hombro.

Damos pasos acunados por su tarareo pícaramente intencionado -se supone-, cuidadosamente medido en realidad.

Miro hacia arriba, llena de sentimiento, llena de calma, y de luz, y de compenetración. Me devuelve la mirada y olvida lo poco que había de teatro en su gesto: solo baila. Nos besamos y hay ternura, ternura en nuestros ojos rasgados de sonreír, chispeantes, que se encuentran los unos en los otros.

Y entonces me hace girar por el estrecho pasillo.